Toma dos números y multiplícalos. Ahora dale el número a alguien y pregúntale qué dos números has multiplicado. Evidentemente, si le dices el número seis no dudará en responderte, si le dices el doce es posible que no responda correctamente (puede ser tanto dos por seis como tres por cuatro) pero si has tomado dos números muy grandes le resultará casi imposible acertar.
Ahora imagina que el resultado sólo puede ser producto de dos números, es decir no puede ser doce, ya que hay varias maneras de multiplicar para conseguirlo, pero sí veintiuno (tres por siete y sólo tres por siete) Pues con esto, tomar un número que sólo puede ser producto de otros dos, se genera una de las formas más seguras que existe para cifrar mensajes. Esto es debido a que no existe ningún método conocido que sea eficaz para descomponer un número en sus múltiplos. Eso sí, no sirve cualquier par de números, has de saber elegirlos.
Los servicios de inteligencia de muchos países se dedican a buscar, calcular o comprar este tipo de números, llamados números primos, para utilizarlos en su beneficio. Por contra, hay matemáticos que se dedica a buscarlos y hacerlos públicos para que nadie se pueda aprovechar de ellos. ¿De qué lado estás tú?
viernes, agosto 31, 2007
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